Recuerdo el día que te llame mi corazón
latía velozmente mis nervios me traicionaban hable rápido y fui muy breve,
estaba feliz y la hora nunca me detuvo después de la llamada dormí muy placenteramente
estaba ilusionado de escuchar tu voz nuevamente, fui muy callado en ese
momento, después te reíste.
Comenzó lo que sería una broma y un juego
para ti, los mensajes son bonitos, pero esconden tu voz, siempre trato de
cuidarte, y de expresarte que tienes en mi a un amigo el cual está dispuesto a
sufrir, reír, gozar, soportar, y asimilar las mismas experiencias que la vida
guarda para ti.